12.06.2011

Espacios Públicos

La siguiente entrada fue parte de un artículo que escribí junto con el Arq. Rafael Tobar de Estudio Vida. He querido publicarlo hace meses, pero siempre lo dejaba para otro día. Hoy es ese día.

La revitalización del dominio público urbano depende de la reintegración de la escala humana, la accesibilidad peatonal y la diversidad de usos dentro del contexto arquitectónico que define las vías y espacios de la ciudad. Desde mediados del siglo XX, el diseño y desarrollo de nuestras ciudades ha seguido la mala interpretación de los modelos de LeCorbusier y otros arquitéctos y teoristas, al igual que el modelo suburbano desarrollado en Estados Unidos. Éstos buscaron asentar a la población en espacios abiertos, que aparentaban estar integrados en o convivir con la naturaleza, y que aprovechaban al máximo la integración de las nuevas tecnologías de transporte y construcción en la planificación urbana y el diseño arquitectónico. Niegan el modelo denso y práctico de los centros urbanos que prevaleció por siglos en el antiguo y el nuevo continente. Esta decisión cambió la idea e imagen de la ciudad, en donde la prioridad del automóvil sobre el peatón destruyó los componentes fundamentales que definían el ámbito urbano: tipologías desaparecieron, usos fueron segregados y distanciados, y los espacios de interacción humana fueron desplazados por amplias carreteras y estacionamientos desérticos, dominados no por personas, sino por conductores y sus vehículos.

A pesar de esto, han surgido movimientos urbanos y arquitectonicos durante las últimas tres decadas que buscan ofrecer alternativas a las normas Euclidianas existentes. Por ejemplo, los proyectos desarrollados bajo el emblema del Nuevo Urbanismo (movimiento fundado por Duany Plater-Zyberk en Florida) han tomado la iniciativa de regresarle al peatón el ámbito urbano, creando lugares basados en la forma, escala y desarrallo de la ciudad tradicional, el modelo prevalente antes de mediados del siglo XX. Los espacios urbanos en estos proyectos no se basan en los requisitos y maniobras del automovil, sino en las necesidades y la mobilidad del ser humano. Estos nuevos lugares, como Seaside en Florida, dependen del estudio de precedentes y la aplicación y reinterpretación de las formas urbanas y arquitectónicas que una vez dominaron la forma urbis y aparentan haber desaparecido. Dentro de este contexto, más denso de lo que se acostumbra a edificar, no existe la separación, sino la integración de varios usos y tipologías, para crear un ambiente diverso que (idealmente) es autosuficiente.

Esta diversidad de usos significa que la ciudad no está divida en distritos que funcionan a base del transporte vehicular. Es todo lo contrario: dentro de un mismo eficio, por ejemplo, se encuentran espacios comerciales, oficinas, y apartamentos, cada uno en un diferente nivel, divididos por pisos y conectados verticalmente por escaleras y ascensores. Esta idea ha sido retomada de los diversos edificios que rodean las plazas y definen las vías de los centros históricos en ciudades europeas y norte americanas, como Piazza della Rotonda en Roma y King Street en Alexandria, Virginia en Estados Unidos. Ésta es la manera más eficiente de construir, ya que aprovecha al máximo el espacio disponible (existe la posibilidad de crecer verticalmente) y crea una proximidad a diversos servicios, accesibles a pie. Disminuye la necesidad y dependencia del automóvil y por lo tanto, es un gasto menos de gasolina, un auto menos que contribuye a la contaminación del aire, no se desperdicia tiempo en trafico o buscando parqueo, y ejercita el cuerpo humano y la interaccion social, ya que no se encuentra en un ambiente aislado del resto de su contorno. El punto no es deshacerse por completo de nuestros vehículos, sino de crear una mejor integración de opciones y oportunidades de transporte y mobilidad dentro de nuestros vecindarios, pueblos y ciudades.

Estos cambios eventualmente afectarán la percepción de los espacios públicos dentro del contexto urbano, que son un desperdicio si no son fácilmente accesibles; por lo tanto, támpoco son lugares activos, en donde ciudadanos y visitantes puedan socializar. Las áreas verdes o pavimentadas, con monumentos, bancas y fuentes, tienen una función ornamnetal superficial si se utilizan más como puntos de referencia o circulación vehicular que como áreas de interacción comercial, contemplativa o ceremonial. Durante las últimas dos décadas, hemos visto la necesidad de hacer cambios gubernamentales, económicos y ecológicos para el bienestar de la humanidad y nuestro planeta. Es necesario también contribuir como diseñadores y planificadores de manera no simplemente funcional, sino eficiente, práctica y estética en la edificación de edificios y ciudades, a una escala humana que integre diversos tipos de circulación y accesibilidad. Nuestra contribución puede ser por medio de la revitalización de los aspectos urbanos que enriquesen nuestra experiencia cultural, social y economica.

La revitalización de los espacios públicos es un primer paso necesario para poder retomar la imagen positiva de la ciudad que fue destruída durante la era industrial, y dejó de ser el ideal habitacional desde la aprición del suburbio. Precismante por ser público, en otras palabras, que pertenece a todos, es que es necesario revivir estos espacios para reintroducir las ideas que hacen que una ciudad no solamente sea un lugar necesario y funcional, sino eficiente, ideal y estético. Para esto se necesita hacer dos cosas: la reintegracion del acceso peatonal y la revitalizacion de las areas acceibles al publico dentro del controno urbano, es decir las vias, calles, avenidas y espacios públicos como plazas y parques. Para reanimar el reino público (public realm), es imprescindible ofrecer un perímetro con diversidad de usos, particularmente comerciales, que ofrezcan diversos servicios y bienes para los habitantes y visitantes de la ciudad.

4.04.2011

La Arquitecta

Siempre he sido feminista. Mi admiración por las mujeres, su potencial, su capacidad, su lucha, triunfo y labor, se debe al ejemplo de mi mamá, mis abuelas, mis tías y mis hermanas. Ellas siempre fueron y serán la fundación de mi vida familiar. Ellas merecen más que cariño y respeto: merecen reconocimiento y las mismas oportunidades y derechos que se les da a los hombres de mi familia.

Mi admiración por las mujeres fue fortalecida durante mis estudios universitarios, gracias a mis amigas e instructoras. Si alguien menciona arquitecta, hay dos personas en particular que vienen a mi mente inmediatamente: Gracia y Nadia. A veces pienso que aprendí más de ellas, siendo estudiantes universitarias dos años adelante de mí, que de muchos de mis profesores. Esto se debe no sólo a su accesibilidad y amistad, sino también a su conocimiento, pasión y amor por el arte y el diseño. Es mi deseo, en esta entrada, no sólo darles un homenaje, sino mostrar un poco del debido reconocimiento que se merecen ellas y todas las arquitectas, mujeres excepcionales que a veces son omitidas u olvidades de la historia de la arquitectura.

Durante mi último año en la universidad, tuve que escribir un reporte sobre un tema relevante a la arquitectura del siglo XX. No sé exactamente que inspiró mi decisión de investigar el rol de la mujer en la arquitectura. Creo que fue gracias al libro escrito por nuestro instructor, y las presentaciones que dio en donde él mismo, implicita o explicitamente, nos hizo ver que la profesión, aún en el siglo XX, estaba dominada principalmente por el sexo masculino. Mi investigación fue algo frustrante, ya que muchos libros sobre el tema eran principalmente fotografías de edificios, críticas feministas sobre la profesión y la historia de mujeres y organizaciones femeninas responasable por la reconstrucción y renovación de estructuras historicas, como Jackie Kennedy y otras primeras damas estadounidenses que fueron responsables por la restauración de diversas habitaciones de la Casa Blanca.

Pero dónde estaban las arquitectas, las urbanistas, las historiadoras y las críticas de arquitectura? Descubrí nombres y personajes importantes, como Julia Morgan, la primera mujer en graduarse de L'Ecole des Beaxu Artes de París; Maya Lin, la diseñadora del Memorial de los veteranos de la guerra de Vietnam en Washington D.C.; Zaha Hadid, la primer mujer en recibir el Premio Pritzker de Arquitectura en el 2004. Lamentablemente, el análisis de sus trabajos y su historia no fueron lo suficiente para escribir el requisito mínimo de 20 páginas. Tuve que ampliar mi reporte para incluir a la influencia de las esposas de arquitectos famosos, cuyos nombres no recuerdo en estos momentos, y aún así, terminé entregando un reporte de 16 páginas, que personalmente veo como incompleto e imperfecto.

Cinco años después, quisiera incluir dos mujeres más a este breve lista. Espero poder incluir sus historias, sus obras y su relevancia al borrador incompleto que aún conservo en mi computadora:

1. Jane Jacobs, activista y autora del libro The Death and Life of Great American Cities: una crítica del diseño urbano del siglo XX que además menciona soluciones y consideraciones que todo arquitecto y urbanista debe considerar al diseñar. Es un texto fundamental para todos los estudiantes de planificación y urbanismo, que además ha influenciado movimientos como el Nuevo Urbanismo y el de Preservación Histórica en Estados Unidos.

2. Elizabeth Plater-Zyberk, arquitecta y coautora de Suburban Nation, otro libro crítico sobre el diseño urbano en Estados Unidos. Es además co-fundadora de la firma Duany Plater-Zyberk (DPZ), que fueron responsables por el diseño de Seaside, Florida, el primer proyecto del Nuevo Urbanismo en Estados Unidos. Es además la decana de la Universidad de Miami en Coral Gables, FL.

Espero oír sus comentarios, especialmente si conocen a otra arquitecta que merece su debido reconocimiento.

3.16.2011

El arquitecto: artista cívico

Los arquitectos no somos constructores, ni planificadores, ni decoradores, ni diseñadores, ni dibujates. Somos artistas. Pero a diferencia de la mayoría de obras hechas por pintores o escultores, las nuestras son cívicas, pues definen nuestras ciudades e interactúan diariamente con nostros, los ciudadanos. Nuestras estructuras, como pinturas o esculturas, son simbólicas, a veces narrativas y en ciertas ocasiones, críticas de nuestra situación social. Tienen la capacidad de producir sentimientos y hacer alusiones, que experimentamos fuera y dentro de ellas. Son comunicativas, expresivas. A veces son formas convencionales. A veces nos sorprenden con su ingenio y novedad.

Los arquitectos somos artistas que comunicamos gráficamente como construir, planificar, decoras y diseñar las obras que embellecen, enriquecen, complementan y definen los espacios del ámbito en el que habitamos, creando el escenario en el que llevamos a cabo el drama de nuestras vidas.

10.18.2010

La relevancia del clasicismo: el precedente arquitectónico

En el segundo ciclo de mi segundo año universitario, tomé la segunda clase del curso introductorio a la historia de la Arquitectura. El profesor Westfall, catedrático y antiguo decano de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame, impartiría este curso, que cubría las épocas del Renacimiento (empezando con el Duomo de Florancia por Brunelleschi) hasta el movimiento post-modernista. Siendo el profesor de estudiantes de post-grado, el curso era sumamente analítico, basándose en dos ideales:
1. Los edificios están hechos de otros edificios.
2. La política es más importante que la arquitectura.
Acostumbrados a simplemente aprender características físicas de edificios, el nombre de los arquitectos responsables, sus asentamientos, el año o época de construcción y su importancia (de manera superficial), este curso presentó el desafía de comprender no sólo el pensamiento de la época, sino también las políticas que regían entonces y su involucramiento en la formación de asentamientos nuevos y existentes. Además, era imprescindible, para analizar todo edificio y ciudad, encontrar el origen detrás del diseño, para así decifrar su simbolismo, la idea que el arquitecto o el cliente deseaba expresar y la manera en que se relacionaba con otras edificaciones.
Para nosotros, como estudiantes, diseñadores y futuros arquitectos, el análisis de precedentes en un contexto histórico fue invaluable para nuestros cursos de diseños. Entender el uso y aplicación del precedente provee un punto de partida para todo diseño. La idea no es de copiar una estrutcura existente; el punto es encontrar un modelo paradigmático para analizar la interpretación de la tipología, comprender el programa y la distribución de espacios, y ver la relación que existe entre sus miembros arquitectónicos y su entorno para así poder aplicar los elementos y relaciones relevantes en nuestras nuevas propuestas arquitectónicas.
El uso de precedente va más allá de seleccionar elementos interesantes o copiar el estilo de otros edificios para armar uno nuevo. Requiere del conocimiento cultural, social, histórico y simbólico del asentamiento del edifico a estudiar y del edificio a diseñar. Además, el análisis y uso del precedente que emplee un arquitecto como modelo para un nuevo diseño incopora un nuevo nivel simbólico que enriquece la estructura a construir.
En este nuevo siglo, dónde la creatividad y la innovación se vuelven imprescindibles en los talleres de diseño, la aplicación del precedente ha perdido su importancia, cosa que no debe ser así. Como mencioné, sirve como un punto de partida útil e invaluable. La creatividad y la innovación brotan al desarrollar el diseño, ya que no todo arquitecto escogerá el mismo modelo como precedente y aunque se utilice el mismo, la interpretación y el empleo de éste será diferente, ya que es poco probable que dos personas piensen y diseñen exactamente igual. Además, existen muchas variables que definirán el diseño final: la economía, el asentamiento, el lote designado para el nuevo edificio, la economía, los materiales, las necesidades modernas, los requisitos del programa y la regulaciones y estándares de construcción actuales.

9.25.2010

La relevancia del clasicismo: La tríada de Vitruvio

La instrucción de muchas facultades de arquitectura se enfoca en lo vanguardista: la creación de espacios y edificios innovadores. Hay un valor creativo y necesario en este enfoque, ya que no podemos limitar la expresión artística y la creatividad de los futuros arquitectos y diseñadores. El punto, después de todo, es crear "buena" arquitectura, es decir, que complemente y enriquezca su asentamiento y cumpla con las demandas y las necesidades de sus usuarios. Un buen edificio, espacio público, o ciudad, no depende del estilo, si no de su contribución a nivel espacial, práctico y estético.
Sin embargo, creo que es importante no sólo seguir viendo hacia adelante; también es imprescindible estudiar el pasado y ver qué enseñanzas e ideas se pueden implementar en la actualidad para solucionar un problema de diseño. No siempre es necesario reinventar la rueda, pero si en nuestra responsabilidad ver como se puede hacer más eficiente y de qué maneras nuevas se puede implementar. Este es el valor educativo de estudiar nuestra historia y las ideas de nuestros ancestros: los conceptos y puntos de vista del pasado son una base fundamental para formular nuestros propios conceptos, opiniones, filosofías y descubrimientos.
Al hablar de la arquitectura, dos puntos en particular creo que deben tomarse en consideración para formar parte de todo diseño desde su concepción: la tríada de Vitruvio y el uso de precedente. Ambos tienen su origen en el pasado, y han sido fundamental en la educación de todo arquitecto hasta el presente. Esta entrada se enfocará en el primero.
El arquitecto romano Vitruvio es el responsable del texto occidental más antiguo al que tenemos acceso en la actualidad. Este tratado sobre la arquitectura, dirigido al primer César, buscaba recopilar toda la información relevante sobre el arte de la construcción, desde la formación del arquitecto hasta la descripción de los componentes, usos y la manera apropiada de asentar y diseñar ciertas tipologías como templos y teatros. Fue descubierto nuevamente durante el renaciemiento, y además de ser traducido, fue la base para las teorías y escritos de muchos arquitectos como Leon Battista Alberti y Andrea Palladio.
Es posible que este texto no fue de mucha importancia en su tiempo (Vitruvio recomendaba, por ejemplo, daba mucho énfasis a los templos Jónicos y los romanos, luego del reinado de Augusto, emplearon las proporciones y los detalles refinados del orden Corintio) Sin embargo, al ser el único que sobrevivió la caída del imperio romano, nos da a conocer algunas ideas y conocimientos de los materiales usados y los métodos de construcción de su tiempo. De aquí también surgen anécdotas, historias y leyendas que dieron origen a muchas interpretaciones de los orígenes de la arquitectura y del símbolismo detrás de los 5 órdenes que han fascinado a los arquitectos, historiadores y artistas por siglos.
De las lecciones más importantes que menciona el autor son los tres principios que en conjunto deben ser la base de todo diseño arquitectónico. Este se conoce como la tríada vitruviana, basada en los conceptos de firmitas (firmeza), utilitas (utilidad) y venustas (belleza). En la actualidad, cada uno puede interpretarse de la siguiente manera:
1. La firmeza de todo edificio depende de su estructura.
2. La utilidad, que es un concepto más abstracto, toma en cuenta los estándares mínimos para la comodidad funcional del uso de un espacio independiente y toma en consideración, además, la relación y comunicación eficiente entre los diversos espacios que en conjunto alojan el programa arquitectónico e intrepretan una tipología (es decir, la relación función-espacio)
3. La belleza, que considero algo subjetivo e inherente, se relaciona al valor estético, que depende de la interrelación que existe entre diversos aspectos del diseño: las proporciones empleadas para dimensionar los componentes del edificio, el estilo del arquitecto, el carácter del edificio, los materiales utilizados para sus acabados y el diseño de los elementos arquitectónicos, ya sean funcionales, estructurales o decorativos.
Conciente o inconcientemente, los conceptos de la tríada forman parte de todo diseño desde su fase conceptual, pues un arquitecto siempre tiene en mente, al diseñar, qué sistema estructural desea implementar, cómo distribuir eficientemente los espacios del programa y cuál será la apariencia de su edificio. Lo importante es recordar que estos conceptos siempre trabajan en conjunto y deben verse no como tres ideas independientes, sino como una sola. Hacer lo contrario sería como poner a cargo a tres personas diferentes que no han hablado entre sí a construir un edificio.

8.28.2010

Introducción a Crítica Constructiva

Mi hospedaje temporal en Estados Unidos, al igual que mis viajes por Europa y Centro América, me han convencido que en El Salvador tenemos un concepto limitado de lo que es una ciudad. Por más que pensemos que al área metropolitana de San Salvador es una entidad urbana, la mayor parte es un suburbio que se ha propagado como una enfermedad contagiosa que lentamente continúa infectando su asentamiento natural. Hemos perdido la noción de lo que es un ámbito urbano: un espacio definido por edificios, vías y espacios públicos que proveen múltiples usos en distancias y localidades fácilmente accesible, donde las personas puedan habitar, interactúar y llevar a cabo varias actividades que complementan sus necesidades diarias. La ciudad es una entidad autosuficiente, con su propio carácter e identidad, que integra lo cívico con lo mundano, lo público con lo privado, lo necesario con lo recreacional. Lamentablemente, hemos descuartizado nuestra capital, creando residenciales (tristemente nombradas urbanizaciones en muchos casos) que están separadas por kilómetros de asfalto de los lugares de comercio, trabajo, cultura y ocio. Estas distancias contribuyen a el mal uso de dos aspectos de la vida cotidiana que son increíblemente valiosos: el tiempo y nuestro medio ambiente. Los espacios públicos se han convertido en puntos de referencia y lugares que simplemente son parte del sistema de transporte y acceso vehicular. Esto nos ha convertido a la mayoría de nosotros en conductores, y no ciudadanos que aprecien o lleguen a aprovechar al máximo sus alrededores, y debilitan el contacto que existe entre las diferentes clases sociales al no integrar debidamente las necesidades de los conductores con las de los peatones que dependen del transporte público o de sus propias facultades humanas para moverse de un sitio a otro.
El automóvil no es necesario para susistir; sin embargo, hemos edificado una ciudad (si así podemos llamarla) en donde no logramos sobrevivir sin algún tipo de transporte vehicular. No estamos utilizando ni el espacio ni nuestros recursos eficientemente, ya sea por falta de planificación a largo plazo, o la consideración de alternativas a las normas que actualmente definen el crecicimento y el desarrollo de nuestra capital.
Mis opiniones y analisis están basadas en los conceptos, la teoría y la práctica de la arquitectura y el urbanismo tradicional y clásico, que son la fundación de mi educación, al igual que las tendencias del nuevo urbanismo que ha logrado reintroducir y adaptar ideas olvidadas o ignoradas hasta recientemente. Tomo en consideración de la misma manera el contexto en el que vivimos y edificamos, al igual que lo que observo en estos sitios. Es importante además investigar el precedente en el que se basan las edificaciones y espacios, la idea detrás del diseño y el resultado edificado para poder llevar a cabo un estudio imparcial que busca señalar los problemas, las soluciones y posibles alternativas o contrapropuestas. Las críticas que publique buscan educar e introducir alternativas a la manera en la que pensamos de nuestras ciudades para que podamos construir lugares eficientes y memorables que buscan embellecer los sitios en los que habitamos. Busco reintroducir la visión positiva de la ciudad, discutiendo sus ventajas al compararlas con el modelo suburbano que no ha utilizado eficientemente nuestros recursos y nuestro tiempo.